
NUESTRA
METODOLOGÍA
Nuestra metodología combina la ciencia más actualizada con años de experiencia en el trabajo práctico, siempre desde una mirada ética, empática y realista.
Sabemos que no hay recetas universales, y por eso formamos profesionales capaces de observar, analizar y adaptarse a cada situación con criterio, sensibilidad y rigor.
No utilizamos ni respaldamos el uso de castigos, herramientas punitivas o métodos de entrenamiento basados en la intimidación e inhibición de conductas.
Pero tampoco nos basamos exclusivamente en refuerzo positivo. Nuestra visión es más amplia y profundamente respetuosa de la naturaleza canina.
Sabemos que tras un problema de comportamiento no solo hay una conducta reforzada, hay un conjunto de factores que se tienen que analizar de forma integral para elaborar un plan de trabajo adaptado a las necesidades de cada familia.
Y eso es lo que transmitimos a cada alumno. Estamos construyendo la generación de educadores caninos del futuro.
Educadores caninos que velen de verdad por el bienestar animal, pero también tengan en cuenta el factor humano y sepan trabajar casos complejos con una ética inquebrantable, siempre con sustento científico y metodologías actualizadas.

Una visión integral del comportamiento
En ALI entendemos que formar educadores caninos es una enorme responsabilidad. No solo enseñamos técnicas, transmitimos una forma de mirar al perro, de trabajar con respeto y de construir relaciones duraderas y equilibradas.

Una visión integral del comportamiento
En ALI entendemos que formar educadores caninos es una enorme responsabilidad. No solo enseñamos técnicas, transmitimos una forma de mirar al perro, de trabajar con respeto y de construir relaciones duraderas y equilibradas.
Nuestra metodología combina la ciencia más actualizada con años de experiencia en el trabajo práctico, siempre desde una mirada ética, empática y realista.
Sabemos que no hay recetas universales, y por eso formamos profesionales capaces de observar, analizar y adaptarse a cada situación con criterio, sensibilidad y rigor.
No utilizamos ni respaldamos el uso de castigos, herramientas punitivas o métodos de entrenamiento basados en la intimidación e inhibición de conductas.
Pero tampoco nos basamos exclusivamente en refuerzo positivo. Nuestra visión es más amplia y profundamente respetuosa de la naturaleza canina.
Sabemos que tras un problema de comportamiento no solo hay una conducta reforzada, hay un conjunto de factores que se tienen que analizar de forma integral para elaborar un plan de trabajo adaptado a las necesidades de cada familia.
Y eso es lo que transmitimos a cada alumno. Estamos construyendo la generación de educadores caninos del futuro.
Educadores caninos que velen de verdad por el bienestar animal, pero también tengan en cuenta el factor humano y sepan trabajar casos complejos con una ética inquebrantable, siempre con sustento científico y metodologías actualizadas.
¿Qué significa trabajar de forma integral?
El comportamiento no puede entenderse ni modificarse solo desde la aplicación de consecuencias. Cada conducta tiene una función, un origen, y se expresa dentro de un contexto ambiental, emocional y social que debe ser analizado con profundidad. Por eso, antes de plantear cualquier estrategia de intervención, enseñamos a nuestros alumnos a observar e interpretar múltiples variables que influyen directamente en el bienestar del animal.
Entre los aspectos que se abordan en nuestra metodología se incluyen:
-
La calidad del vínculo humano-canino
-
El estilo de vida y dinámica familiar
-
Las rutinas diarias y la calidad de las interacciones con su entorno
-
La expresión y cobertura de necesidades físicas, sociales y cognitivas según etapa, raza o individuo
-
Niveles de estrés y carga emocional acumulada
-
Estado de salud físico y emocional
-
Factores contextuales como el entorno físico, social
-
Las exigencias que se le imponen
¿Qué significa trabajar de forma integral?
El comportamiento no puede entenderse ni modificarse solo desde la aplicación de consecuencias. Cada conducta tiene una función, un origen, y se expresa dentro de un contexto ambiental, emocional y social que debe ser analizado con profundidad. Por eso, antes de plantear cualquier estrategia de intervención, enseñamos a nuestros alumnos a observar e interpretar múltiples variables que influyen directamente en el bienestar del animal.
Entre los aspectos que se abordan en nuestra metodología se incluyen:
-
La calidad del vínculo humano-canino
-
El estilo de vida y dinámica familiar
-
Las rutinas diarias y la calidad de las interacciones con su entorno
-
La expresión y cobertura de necesidades físicas, sociales y cognitivas según etapa, raza o individuo
-
Niveles de estrés y carga emocional acumulada
-
Estado de salud físico y emocional
-
Factores contextuales como el entorno físico, social
-
Las exigencias que se le imponen
No educamos desde el control, ni desde la simple aplicación de técnicas conductistas. Educamos desde la comprensión profunda de la especie y desde la responsabilidad de acompañar procesos de cambio que respeten al perro como individuo.
No educamos desde el control, ni desde la simple aplicación de técnicas conductistas. Educamos desde la comprensión profunda de la especie y desde la responsabilidad de acompañar procesos de cambio que respeten al perro como individuo.
Muchas veces, los problemas de comportamiento disminuyen o desaparecen sin necesidad de aplicar técnicas específicas, solo con mejorar el entorno, enriquecer las rutinas, reducir fuentes de estrés o ajustar las expectativas humanas.
Premiar una conducta puede ser útil, pero no suficiente. En ALI enseñamos a nuestros alumnos a identificar qué exigimos del perro, a qué lo estamos exponiendo y qué podríamos evitar para proteger su bienestar.
Nuestros alumnos aprenden a leer al perro como individuo, no como una serie de comportamientos a moldear, y a intervenir desde el conocimiento profundo de la especie y la responsabilidad profesional.
Trabajamos desde la etología, la ciencia y el respeto. No educamos desde el control, sino desde la comprensión.
Muchas veces, los problemas de comportamiento disminuyen o desaparecen sin necesidad de aplicar técnicas específicas, solo con mejorar el entorno, enriquecer las rutinas, reducir fuentes de estrés o ajustar las expectativas humanas.
Premiar una conducta puede ser útil, pero no suficiente. En ALI enseñamos a nuestros alumnos a identificar qué exigimos del perro, a qué lo estamos exponiendo y qué podríamos evitar para proteger su bienestar.
Nuestros alumnos aprenden a leer al perro como individuo, no como una serie de comportamientos a moldear, y a intervenir desde el conocimiento profundo de la especie y la responsabilidad profesional.
Trabajamos desde la etología, la ciencia y el respeto. No educamos desde el control, sino desde la comprensión.
¿Quiénes estamos detrás de ALI?

Mi especialización:
-
Etólogo Clínico UAB
-
Educador Canino
-
Docente en Universitat Autónoma De Barcelona UAB
-
Fundador Buxits
-
Formador de Formadores

Mi especialización:
-
Licenciada en Medicina y Cirugía Veterinaria
-
Master Etología Universitat Autónoma De Barcelona UAB
-
Educador Canino
-
Técnica en Zooterapia
-
Fundadora Ethos Conducta Animal
¿Quiénes estamos detrás de ALI?

Mi especialización:
-
Etólogo Clínico UAB
-
Educador Canino
-
Docente en Universitat Autónoma De Barcelona UAB
-
Fundador Buxits
-
Formador de Formadores

Mi especialización:
-
Licenciada en Medicina y Cirugía Veterinaria
-
Master Etología Universitat Autónoma De Barcelona UAB
-
Educador Canino
-
Técnica en Zooterapia
-
Fundadora Ethos Conducta Animal
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